10 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 51 )

Novela: Un mundo distinto
Capítulo: Nº51 "Te quedas"

Xxx: buenísimo! Hay bizcochuelo! –se escuchó dentro de la cocina, y sentí como se movía la mesa un corte al bizcochuelo de chocolate de Claudia- qué me miras así, pelotudo? –se dirigió a Peter. Tenía una impotencia increíble, quería bajarla del carro para que no trate mal a Peter- Claudia! –gritó como si la recientemente llamada fuese una sirvienta. Sentí pasos y la voz de mi suegra- controlá a tu hijo! –y se fue sin esperar respuesta alguna. Estas cosas eran las que hacía que te des cuenta de su inmadurez nata.

Claudia: Y Lali? –hubo una pausa- Lali! –Dijo en voz alta, y con asombro- qué haces ahí? –dijo cuando me descubrió escondida debajo de la mesa. Suspiré y salí de allí. Ella se quedó mirándonos a mí y a Peter buscando una explicación alguna, y Peter comenzó a hablar...

Peter: Má... Lali... –inspiró- Lali no se lleva bien con Eugenia –y antes que dijera algo, la interrumpí para, por fin, decir lo que tenía que decir.

Lali: yo le agradezco, le agradezco mucho que me de la posibilidad de quedarme acá en su casa. Pero perdón, no puedo. No puedo Pitt –lo miré a él, y me miró confundido. Ambos me miraron confundidos sin entender porqué estaba diciendo esto- no puedo quedarme acá, dormir acá, vivir acá, bajo el mismo techo que Eugenia. No puedo, ni quiero. No está bueno tener que esconderme debajo de la mesa para que no me vea, porque no la quiero ver yo tampoco, no quiero estar bajo esa presión –los miré a ambos a los ojos, y caminé hacia el living, donde estaba mi valija. La levanté del suelo y me dirigí a la puerta. No podía estar ahí, porque no quería que Eugenia me vea y le diga a Nicolás, que le diga a Patricio, y que finalmente le diga a mi papá, ocasionando un escándalo increíble pero evitable. Abrí la puerta de la casa y los miré por última vez- me voy.

Peter: pará Lá... –me sostuvo del brazo- a dónde vas a ir? –preguntó preocupado por mi estadía.

Lali: no tengo idea –suspiré- supongo que volveré a lo de Cande –lo miré a los ojos, y el bufó. Yo sabía que le molestaba no poder ayudarme justo ahora, pero también tendría que saber que estando conmigo y apoyando cada decisión que tomo, me estaría ayudando- ya está Pitt –le dije rematando, sabía que no estaba conforme.

Peter: me mata no poder hacer nada por vos... –me dijo y creí que mi corazón se iba a caer a pedazos de la ternura que estaba echando.

Lali: no hay nada que hacer, Pí. No te gastes pensándolo... está todo bien igual, quedate tranquilo –dije mientras lo abrazaba en signo de despedida (una despedida corta, hasta mañana no nos veríamos).

Claudia: yo sé! –gritó, logrando que nos separáramos de ese abrazo tan tierno, intentando calmar culpas- yo sé que podemos hacer para que te quedes –sonrió, y ambos la miramos para que prosiga con su idea- ¡que ella no se entere!

Peter: qué decís mamá?

Claudia: eso Pedro, que Eugenia no se entere que ella está acá. Se puede quedar en tu pieza, mientras nosotros le llevamos las cosas que necesita. Euge solo sale para comer, así que no va a ser problema –yo suspiré, insinuando que lo iba a pensar y lo miré a Peter. Su mirada intentaba convencerme, pero no sabía si lo iba a lograr. Era algo muy heavy el mudarse de casa: la comodidad, la estructura, la gente, todo tenía que encajar- quedate Lali, por favor... –me pidió casi en súplica.

Peter: por qué querés que Lali se quede acá, mamá? –preguntó, casi por mí, ya que quería saber exactamente lo mismo. Me intrigaba saber que intenciones tenía Claudia con esto.

Claudia: eh... –me miró sincera a los ojos- sos la primera nena de mi nene. Quiero que te sientas bien, cómoda, y que cuentes con él cuando lo necesites. Y lo necesitas ahora, Lali. Aprovechá esta oportunidad de estar con él. Me caiste muy bien, debo admitir, y creo que sos capaz de cuidar a mi chiquito –sonrió, y yo le respondí sonriendo también. Me causaba mucha ternura claudia, y la relación que tiene con Peter. Sé que ella debe haber sufrido mucho el menosprecio que le tuvieron sus compañeros en el otro colegio a Peter, lo debe haber sufrido como cualquier madre. Pero ella siguió adelante, y con algo bueno para él. A su madre, no le importó que su vida cambiase, con el simple hecho de que su hijo esté en buenas condiciones, ella sería feliz- eso es un sí? –se refirió a mi sonrisa como gesto, y lentamente asentí, provocando que grite a viva voz. Me sentía segura estando acá, y no iba a dejar que Eugenia arruine el plan. Estaba segura, yo quería arriesgarme a esto por él, solo por él.

Peter: estas segura, amor? –dijo luego de besarme a causa del ataque de felicidad que le había producido mi aceptación.

Lali: lo estoy –sonreí- te amo –lo miré a los ojos.

Peter: yo también –y lo besé. Besé a mi próximo compañero de cuarto.

Continuará...

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