6 de octubre de 2012

Un mundo distinto ( 68 )

Novela: Un mundo distinto
Capítulo: Nº68 "Sincerarse" 


Peter: qué no entendes? –sí, mis inseguridades eran muy notorias, así que estaba haciendo como si no entendiera de lo que le hablo.
Lali: A vos, no te entiendo a vos –y no sé de dónde saqué las fuerzas para afirmar semejante duda. Creí que me iba a acobardar, como suelo hacerlo. Y más con algo así.
Peter: no entendes mi alegría?
Lali: ah, estas alegre?
Peter: no te lo demostré?
Lali: la verdad? No. Es más, me confundiste mucho –relación sincera.
Peter: no te demostré mi alegría recién? –se refería a lo que acabábamos de hacer recién, hicimos el amor... y sinceramente seguí tan confundida como antes. Pero no quería decirlo, quizás se sentía mal porque no me había demostrado lo que yo esperaba. Sé lo que se siente eso, porque lo vivimos en Bariloche, y no es lindo no saber transmitir algo de tanto significado.
Lali: eh, sí...
Peter: no, no la sentiste –me afirmó él solo. Mis inseguridades me delatan, lo dije.
Lali: no es que no lo sentí, o sea –y ya empezaba a tartamudear. Aun seguíamos acostados, y el sacó su mirada de la mía, y miró al techo algo decepcionado- pará, no te pongas así, déjame explicarte –me miró- eso, escuchame... –asintió- el problema no fue lo que pasó recién hace un ratito. Eso lo sentí como todas las otras veces, y te amé un poquito más como todas las otras veces. Y te voy a seguir amando cada vez que conciliemos nuestro amor. Pero...
Peter: sabes que odio los peros...
Lali: pero el problema no fue recién, el problema fue antes. Antes de todo esto –bufó y miró a otro lado- no, pará –tomé su rostro e hice que me mirara- quiero que me expliques que te pasó. No te puedo ayudar sino Peter. Me confundís a mí, nos confundís a los dos, y logras que esto no sea una relación sincera... lo contrario a lo que queremos los dos. Yo te quiero ayudar, no quiero boludear con vos. Yo quiero vivir toda una vida con vos... sos mi primer amor, y quiero que seas el último. Pero no puedo si no te sinceras conmigo, ni me dejas ayudarte.
Peter: no me pasó nada, Lali. No maquines...
Lali: no! Ves? Ese es el problema! No sos sincero conmigo. Y sos tan caradura, que después de llamarme llorando desde la ducha, besarme, decirme que me vaya tan seco, y después de hacer el amor, me decís que no te pasó nada en ningún momento. Que no sentís nada, que no pasó nada, y que te olvidaste de todo lo que pasó hace un rato nada más. Quiero que seas sincero, quiero que me digas la verdad una vez.
Peter: cómo una vez? Siempre te fui con la verdad Lali...
Lali: entonces decimela ahora también.
Peter: ey amor, no me pasa nada –y me abrazó, para eludir mi pregunta.
Lali: no, pasa. Pasa y muchas cosas pasan. Quiero que me digas la verdad, decime que te pasa, que sentís, porque te desgarraste así y ahora está todo bien? Sé lo que significa todo lo que acaba de pasar para vos, te acaban de pegar como antes, te acaban de maltratar como antes... y todo por mi culpa, lo sé... pero... –me interrumpió.
Peter: no, nada es por tu culpa.
Lali: no ves que si no me decís la verdad me confundo? Cuando me echaste de la bañera tan friamente, me sentí totalmente culpable por todo lo que acababa de pasar
Peter: pero no sos culpable.
Lali: por qué me haces esto?
Peter: quizás, me gusta... –a bueno...
Lali: qué te gusta?
Peter: ser así.
Lali: A mi no me gusta que seas así. Odio completamente tus cambios de humor, son confusos y muy reales.
Peter: por qué no me dijiste que te molestaba eso? lo cambiaría si no te sentís a gusto.
Lali: te lo estoy diciendo ahora. Pero mi propósito no es que cambies. Yo no quiero que cambies. Mi propósito es que me digas la verdad. Vos no sabes como me sentí desde hoy a la mañana. Te fallé, no te ayudé, me sentí culpable, muy culpable. Y lo que menos necesitaba en ese momento era que me digas que me aleje de vos en la ducha. Así tan seco. Quería ayudarte y despreciaste eso.
Peter: no lo desprecié.
Lali: eso sentí yo. Eso sentí yo, Peter. Por no decirme la verdad.
Peter: nunca pensaría eso.
Lali: explicame, y demostrame lo que te pasa entonces.
Peter: no es mi culpa ser poco expresivo!
Lali: no te culpo! Pero, antes de equivocarnos, prefiero que me digas qué es lo que te pasa.
Peter: quería demostrartelo haciendo el amor...
Lali: creo que de ahí surgió la duda.
Peter: sabes lo que te quería decir? Todo lo contrario...
Lali: qué? –puede ser que me dé un poco de miedo lo que va a venir? Qué me dirá?

Continuará...

Hola señoritas! bueno, ahí va un capítulo medio... raro, no? Lali quiere saber la verdad, quiere saber lo que siente Peter. Se animará a contarseló? Las veo pronto.

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Muy buena semana gente, las veré pronto seguro.. y me alegra volver!

Cami Pérez, exftlgheylalitta


1 de octubre de 2012

Un mundo distinto ( 67 )

Novela: Un mundo distinto
Capítulo: Nº67 "Dame amor, quiero amor"


Apenas sentí pasos mi corazón se aceleró. Todo lo contrario con los pasos que oía en el mismo instante, éstos eran lentos y pausados. Escuché como rechinaba la puerta al abrirla suavemente, y ahí mi corazón llegó a un tope de latidos, y comenzó a latir lento. Sino la consecuencia sería un ataque cardiorespiratorio. Respiré hondo, y me quedé sentada en mi cama, esperando. Hubo una pausa, por un instante creí que se había ido, pero sentí como la cama se hundía del otro lado.
Lali: qué es lo que esperabas de mí? –me salió decir. Un impulso transformado en pregunta. ¿Qué es lo que quería de mi? Rechinaron los resortes de la cama dando un indicio de que se había levantado. Escuché sus pasos... ¿me contestaría o me ignoraría? Miles de circunstancias pasaron por mi cabeza, pensando en qué pasaría cuando lo vea a los ojos. Se merece un golpe, se merece una patada, se merece una enseñanza... lo intenté ayudar todo lo que pude. Fue insuficiente, lo sé, pero lo intenté, junto con todo el amor que le tengo, y que suponía que el me tenía, creí que era algo que sufriríamos pero que no nos iba a afectar. Se arrodilló frente a mí y me miró. De prepo y muy rápido me besó y me recostó en la cama. Obviamente, impulsivamente también, seguí el beso. Comenzó a acariciar suavemente mi espalda, pero sus besos eran casi agresivos. Se estaba descargando, se estaba desquitando. Yo no le iba a permitir que se desquite estando conmigo. Cambié. Cambié y me doy cuenta cuando digo esto. No voy a permitir que un hombre se desquite teniendo sexo conmigo. Sea Pedro, sea Nicolás, sea quien sea. Eso es una etapa quemada en mi vida, que pertenece al pasado, y que espero no volver a vivir. Lo frené apenas terminé de pensar mi teoría interiormente. Me miró confundido y corrí mis ojos de su vista. ¿Cómo se atrevía a mirarme así? Justo él me había hecho cambiar, y ahora me hace esto! Me trata como su desquite, sus ganas, su objeto. Me daba asco ser eso ahora. Mis pensamientos habían cambiado tan rotundamente, que me daba pudor hacer eso. Me quise parar de la cama e irme, pero me lo impidió. Se ubicó arriba mío y me besó de nuevo, apasionado y casi violento. Lo empujé hacia atrás y le grité un seco “Basta”. Me miró confundido y se relajó sobre mi cuerpo.
Peter: dame amor –me dijo, y chisté los labios. ¿Dame amor? ¿Qué? ¿Acaso yo soy una máquina de hacer el amor? Me quería utilizar para desquitar esas ganas de...- dejá de maquinar boludeces –me dijo y lo miré atónita. Soy tan transparente, y tan notoria- ya sé lo que podes hacer por mí. Amame tal como te amo yo. Así, inmensamente como te amo yo –sonrió y me besó. Obviamente de mi lado calme todos mis músculos y me rendí ante sus labios. Sentía sus manos abrazarme y mi cuerpo respondiendo por su cuenta. Seguí porque sus manos me demostraban amor. Su energía se acoplaba con la mía: hacíamos una pareja perfecta. Nos complementábamos, nos amábamos. Yo sabía que lo amaba, y también sé que él me ama a mí. Pero no comprendo sus rayes, y siempre me pregunto cuánto tiempo más tendré que aguantarme de esos. Soy una chica muy combativa, pero estas cosas me duelen muchísmo. Quizás ahora me doy cuenta que tengo puntos débiles. Amar es uno. Lo mismo sentí cuando me peleé con Candela. Tenía un vacío interno gigante, porque me dolía amar y que por momentos me desprecien. No digo que no disfruto nuestras reconciliaciones, porque justamente estoy disfrutando su amor en este momento. Sé que me ama. Pero, reitero, ¿cuanto tiempo me voy a tener que aguantar esta división injusta de culpas? Sé que es un momento difícil para él, pero acaso soy una loca que lo vió llorar hasta desangrarse en la ducha, y ahora me dice “no maquinees, te amo”. Sí, yo maquineo, yo soy la loca. Esas dudas que querría sacarme en cualquier momento. Sí, debería sacármelas, el único problema es que me aterra hacerle daño. El tiene sus tiempos, lo sé, y me aguantó a mí en tantas, que yo quiero aguantarlo a él. Pero llega un instante, en el que hay que ser un poco egoísta, y pedir explicaciones, no?
Lali: no te entiendo –saqué así de la nada, cuando ya estábamos acostados. Decidí ponerme en egoísta bien. Pensar un poco en mí. Cambié. Cambié mucho. Pienso en mi persona, pienso en mis decisiones. Pienso antes de hablar, como debería ser cualquier relación... no? Estoy pensando que estoy harta de aquellos misteriosos cambios de humor. Quiero respuestas que no me causen depresión. Quiero amor. 

Continuará...

Yeah! i'm back! No sé, me inspiró un montón muchas cosas que estan pasando en mi vida. Ojalá siga así y les deje mucha novela! Lamento, ENSERIO LAMENTO mi desaparición. Espero que a todos les haya llegado el aviso. Si pueden difundir que volví a publicar un capítulo se los agradecería!! 

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24 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 66 )

Novela: Un mundo distinto

Capítulo: Nº66 "Inesperado"

Entré a la ducha, con ropa aún puesta y tomé su rostro con mis manos, logrando que me mire a los ojos. Sus lágrimas se mezclaban con el agua que salía del grifo, y las mías se volvían más consistentes al verlo triste a él. Nos mirábamos con una profunda tristeza, y de un segundo a otro me encontré recorriendo sus labios. Me atrajo hacia él sorpresivamente y de un empujón suave logró que mis labios chocaran con los suyos. Pero no, el beso no había calmado las lágrimas, era un beso triste, de ayuda y de ahogo. Las lágrimas intervenían el beso, y también la lluvia del grifo. Me pegó a su cuerpo, y sentí como mi ropa estaba completamente mojada, y la sentía pesada. Sus manos recorrieron mi espalda y mi nuca acariciándome mientras el beso se volvía cada vez más conciso. Yo rodeaba su cuello, y cada tanto abría los ojos para encontrarme con los suyos cerrados. Me separé de a poco y lo miré a los ojos. Él, los mantuvo cerrados respirando lento y pasivo. Eso me recordaba a nuestro primer beso, a su delirante reacción. Pero lo distinto era que de sus ojos cerrados seguían cayendo lágrimas, y ahí me olvidaba de ese momento, para acordarme de Nicolás. Nicolás y sus piñas. Nicolás y su desprecio. Y el recordar la pelea me llevaba a pensar en el pasado de Peter, en aquel maltrato que había vivido con respecto a sus compañeros. ¿Cómo se debe haber sentido al recordar el pasado? Todos sabemos, que hay partes del pasado que preferimos no compartir, y así no volver a recordar. Sea un pasado físico, sea un pasado amoroso, sea un pasado sobre la amistad, el pasado nunca se quiere recordar. Siempre intentamos que cada año, y cada día sea una nueva página en la vida, y no volver a cometer los mismos errores del pasado.

Lali: no cumplí –dije totalmente angustiada- no te protegí como debí –y recién ahí abrió los ojos y me miró. Mi angustia se multiplicó al ver sus ojos rojos del llanto. Tomé sus mejillas y respiré hondo- no te salvé, no logré nada. Soy tu novia, tendría que haberte ayudado. Tendría que haber hecho algo. Perdoname... –a nadie le hablo así, a nadie. Ni a Candela cuando nos peleamos, ni a mi papá ni a mi hermano les hablaría así. Aunque quisiera que me perdonen en ese preciso instante. Le estaba suplicando perdón. Me sentía tan culpable que necesitaba que me lo repita miles de veces. Necesitaba esas palabras salir de su boca. No solo había logrado que le peguen, había logrado su recuerdo. Yo, la única que sabía sobre sus momentos, logro que le vuelvan a pasar por la cabeza. Yo y mi manía de haber tenido un novio golpeador. Yo y mi manía de haberlo enamorado, con mi sencillez. Ambos encontramos refugio en nuestros propios brazos. Cada vez que algo malo pasaba era encontrar abrazos y besos de la parte del otro. Eso era tenerlo a mi lado. Por eso necesito ese perdón, para poder mirarlo a los ojos y poder seguir sintiendo esos abrazos y besos de contención que me donaba día a día.

Peter: podrías salir? Yo en unos minutos salgo... –me miró serio. Confundida lo miré, y me quedé quieta por unos minutos, carburando la respuesta que había recibido. No era nada de lo que me esperaba, claramente. Me esperaba un abrazo, un “no fue tu culpa mi amor”, una clase de contención, para hacerme sentir inculpable del desperfecto y la desfachatez de Nicolás. Pero no, no dijo nada. Solo que me retire, que lo deje de terminar ducharse. Digo yo, no... entré a la ducha con él, porque estaba desgarrándose del dolor en el pecho que tenía, le dí un discurso en el que expresaba todo mi dolor, un dolor mutuo que habíamos vivido los dos, le di mi apoyo, me heché toda la culpa. No es demasiada tortura? Sin tener su perdón? Intenté decir una palabra, pero lo único que se movía de mi cara era la mandíbula, y ninguna palabra melódica sonaba. Así que, frustrada por no haber recibido mi perdón, miré hacia abajo y salí de la ducha. Agarré una toalla y fui a mi cuarto (aquel que no presenciaba hace bastantes días, y aparecer ahí me hizo sentirme por primera vez en el día realmente en casa). Mientras pensaba me cambié de ropa, algo seco. Un short de pijama y una malla en la parte de arriba. Hacía un calor increíble, pero al estar pensando tanto, el calor no me llegaba al cuerpo. Estaba como en “automático”, no me podían hablar, porque no escuchaba, no podía hablar porque nadie me escuchaba, no podía hacer nada. Respiré hondo, y me senté en mi cama. Cerré los ojos por un instante, para poder pensar qué pasaría en el futuro. Pero, nunca se sabe que va a pasar. Quizás, Peter no me quiera hablar más, quizás diga que está confundido, quizás Nicolás venga rogando perdón, quizás me coma un sándwich mañana, quizás. Siempre tenemos que pensar en posibilidades para el futuro, pero... saben qué? Seguramente lo que pase, va a ser lo que menos se esperaban. Lo que tenían asumido que no iba a pasar ni en Júpiter. Esas cosas que solemos decir que ‘solo nos pasan a nosotros’. No, nos pasan a muchos... y creo que está por pasar.

Continuará...

Hola gente, cómo están? (a lo Julián Serrano, jajaja). Mil perdones por estar desaparecida, rendí matemática el miércoles (la rendí mal) y ayer y hoy estaba poco inspirada. Pero ya terminé el capítulo!

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A demás, el mail no tiene solo el aviso de un nuevo capítulo, sino que tiene información PLUS sobre la nueva novela que voy a crear.

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Un beso grande bombonas, que tengan un bello fin de semana largo... y suerte para las que empiezan esta semana el colegio!

Cami Pérez, exftlgheylalitta

10 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 65 )

Novela: Un mundo distinto.
Capítulo: Nº65 "Lo que necesita, es amor"

Me abrazaba y la verdad era que no se quería detener. No se quería despegar de ese abrazo que lo hacía sentir tan bien, pero llegó un momento en el que me separé de a poco y lo miré a los ojos. Me encontré con sus lágrimas, su puchero, y sus ojos mirándome, esperando que dijera algo.

Lali: vamos a mi casa, Pí –dije sin más, y lo abracé por el costado mientras seguía sintiendo sus lágrimas. Teníamos un viaje largo, una caminata extensa, pero igual íbamos a hacerla. Ninguno emitió ningún sonido. Solo se oían las lágrimas de Peter, y su respiración honda. ¿Por qué había querido ir a mi casa, en vez de a la suya? Primero en principal, porque no quería que la mamá de Peter se preocupase y lo viera en ese estado. Segundo, no quería ver a Eugenia y quería pasar tiempo con él. Tercero, sé los horarios de mi hermano y mi papá, y estan en la facultad, y trabajando. Si había alguien, era mi mamá, o mi hermana. Y no iba a haber problema. Cuando llegamos y abrí la puerta, retrocedió un poco y negó- no pasa nada Pí, no hay nadie –le dije y se tranquilizó. Tomó mi mano de nuevo y entró a mi casa. Inspeccioné a ver si había alguien, y no era así. Le dije a Peter que se sentara en la cocina, y le preparé un sándwich para comer. A demás le mandé un mensaje a mi mamá, para saber donde estaba. “Mami, donde andas?”. Y mientras me preparaba un sándwich a mí, me llegó la respuesta “En el médico con Ana Laura” (sí, se acuerdan que mi mamá era muy molesta con el tema de los chequeos médicos?). Dejé el celular a un costado y me senté con Peter a comer. Lo observaba mientras comía. No había dicho nada. Comía, y pensaba, miraba a cualquier lugar menos a mis ojos. Cuando terminó su sándwich se apoyó en la mesa y tapó su cara con ambas manos. Respiraba profundo, e intentaba relajar su cuerpo y su mente- Pitt –me animé a decir, y me miró- vení conmigo –le tomé la mano y me paré. Él, se paró también y lo guié a las escaleras. Subimos, y entramos a mi cuarto- te gusta? –le dije cuando se sentó en mi cama- digo, nunca habías entrado a mi cuarto... –no me miró y no me respondió tampoco. Lo miré algo triste, y me arrodillé a su lado- qué hago Peter? –y ahí si me miró- que hago? No sé que hacer, no se que decirte. Dame una pista, algo. Por favor, quiero ayudarte y no sé como –dije al borde de las lágrimas. Dolía no saber que hacer, dolía no poder ayudarlo. Respiró y con los ojos cerrados me habló.

Peter: sucio –abrió los ojos- me siento muy sucio. ¿Podría darme una ducha rápida? –asentí rápidamente y le traje una toalla- Dónde queda el baño? –lo tomé de la mano y se lo señalé.

Lali: entrá, tardá lo que quieras, no hay ningún problema. Tenes ahí el jabón, el shampoo y la crema de enjuague –asintió, y entró al baño. Yo fui a la cocina, y apenas llegué me desplomé en una de las sillas. Estaba triste, muy triste. No sabía que hacer, no sabía como manejar la situación. Me largué a llorar, intentando mantener el ruido de mi respiración bajo, por si Peter salía del baño. Tapaba mi boca y respiraba. Tomaba mi cabeza. Pensaba, pensaba cualquier solución posible. Nunca me enfrenté a una situación así, me dolía verlo de esa forma. Peter se sentía mal, había resurgido los años de abuso que le habían dado sus otros compañeros. Sintió como golpeaban su cara de nuevo, sintió como lo maltrataban de nuevo. Me era difícil reconocer todo eso, ya que por primera vez no había sido por su forma de ser, o su forma de actuar. Esta vez había sido por mí, por mí culpa, porque me amaba tanto que decidió enfrentarse al hecho de las consecuencias que traía amarme. Me molestaba tanto que por mí culpa él volvió a vivir todas esas cosas, que creyó que había dejado en el pasado. Me latía fuerte el corazón, la respiración era muy agitada. Calmé mis ojos y me dejé caer en el sillón del living de nuevo, para estar más cómoda.

Peter: Lali! –escuché un grito fuerte y doloroso. Rápidamente mis ojos se abrieron de par en par, y sin darme cuenta me paré del sillón, y corriendo me dirigí al baño. Todo tipo de cosas se pasaron por mi mente. “Se golpeó”, “Se quiere ir”, “Está teniendo una insuficiencia cardíaca” (sí, en esos momentos uno puede llegar a pensar cualquier cosa, incluso lo peor). Abrí la puerta y se escuchó como choco contra la pared del otro lado. Escuché un llanto lastimoso, y la silueta de un hombre en la bañera. Abrí la cortina de baño con fuerza y lo ví debajo del agua, llorando, con la mirada triste. Gritaba desgarradamente, y volvía a llorar. Lo sentía tan mal, tan dolido, que mi corazón se estrujaba. Mis lágrimas volvieron a salir, cuando me miró bien a los ojos, y noté su mirada tan triste, que me transformó a mí- ayudame Lali, por favor –me dijo totalmente quebrado, y ahí sí me dí cuenta, que con lo único que lo ayudaba, era con amor.

Continuará...

Nuevo capítulo!

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Un mundo distinto ( 64 )

Novela: Un mundo distinto

Capítulo: Nº64 "Distintas direcciones"

Xxx: llegas justo, Pablito. Estaba terminando de decirle como vamos a empezar a destrozarlo... –Peter no levantó la mirada en ningún segundo.

Pablo: por hoy, me voy a quedar acá... –Nicolás lo miró confundido por unos segundos, y después rió.

Nicolás: dale boludo, vení que teniéndolo enfrente me tiento, en cualquier momento lo emboco! –dijo riendo, ¡me daban unas ganas terribles de intervenir! Pero Pablo sabía lo que hacía.

Pablo: te dije que me voy a quedar acá, de este lado –dijo serio, y ahí Nicolás comprendió que era de verdad lo que estaba diciendo. Me miró con una cara de desprecio e ira, y después dirigió su mirada a Pablo, de nuevo.

Nicolás: pero qué consumido que estas! Te gusta tanto la rubia esa –refiriéndose a Rocío- que abandonas a tu amigo? Qué digo! A tu hermano! Porque cuando esa te dejaba, quien te escuchaba a vos? Yo! –gritó- y ahora venis a defender a este estúpido, que es la razón por la que mi chica me dejó?

Lali: sabes que no es la raz... –me interrumpió

Nicolás: callate vos, puta! –y me generó una impotencia increíble su epíteto. Ese que demostraba que no era un hombre, y que era un cobarde. Porque en vez de enfrentar que su novia lo había dejado porque él metió la pata engañándola, prefirió ponerse en el lado de la víctima. Todos nos quedamos callados, sin respuesta alguna. Ni si quiera él se atrevió a decir algo. Cuando, de repente, noté como la mano de Peter se empuñaba, y daba un rápido golpe seco en la mejilla derecha de Nicolás. Se escuchó el impacto, y otra vez el silencio. Ninguno se atrevió a decir algo, esta vez por la sorpresa que nos había causado a todos ese golpe. Hasta el propio dueño del puño, Peter, se asombró de su acción. Todos mirábamos a Nicolás, y a su reacción, esperando a ver qué diría, o qué haría. Pero sólo se dedicó a mirar a Peter profundamente, lo estaba asesinando con la mirada.

Cande: chicos... puede haber otra solución, en vez de cagarse a trompadas. No? –y ahí fue cuando el puño de Nicolás apareció, cuando las palabras de Candela lo sacaron del trance que le había causado la piña de Peter. Rápidamente, con unos reflejos impresionantes, Benjamín detuvo la piña y la cambió de dirección evitando que le pegue a Peter, y le devolvió la piña (esta, llegó a destino) y así comenzó una pelea infernal, en la que yo seguía todo el tiempo los movimientos de Peter. Al principio, recibió muchas piñas. Estaba confundido, y a demás su personalidad no lo guía a la violencia. Pero una piña de parte de Federico lo sacó de esa nube, y empezó a repartir piñas de defensa a todos los lados a que estas se avecinaban. Matías se agarró con Benjamín, Agustín con Victorio (y noté la preocupación de Candela, y pensé en Victorio), y Peter y Pablo estaban a dúo en contra de la unión de Federico y Nicolás. De un momento a otro, Nicolás se cayó al piso por una piña de Pablo y se quedó mirándolo desde ahí. Todos frenaron sus golpes y lo miraron a él. Respiraba profundo y agitado. Federico le prestó su mano derecha haciendo impulso para que se pare, y así lo hizo. Se quedó mirando a Peter, como lo hizo en toda la pelea. Peter también lo miró, y limpió un poco de sangre que salía de su labio. Respiró hondo y cerró los ojos profundamente, pero cuando los abrió, su vista estaba sobre mí. Me miraba, y nadie hablaba, todos observaban la situación. Lo miraba, me miraba, y perdimos conexión en un instante, en el que se dio vuelta y caminó. Todos nos quedamos atónitos con su reacción, y seguimos sus pasos con la mirada. Federico y Matías, cuando lo notaron, se fueron en dirección a los pasos del rubio, y Victorio se quedó ahí, entre nosotros, atónito como nosotros. Él miró a Candela y caminó hacia ella. Le susurró algo en el oído y ella negó suave.

Candela: nunca más –le dijo mirándolo a los ojos, y él frustrado se fue en dirección contraria a la de sus amigos. Rápidamente los brazos de Agustín la rodearon. Rocío se acercó a Pablo y le tomó la mano, dirigiéndolo a vaya saber donde. Querían, y necesitaban estar solos. Benjamín, se acercó a mi, mientras Peter seguía en la misma posición, con la sangre que había sacado de su boca en la mano. Seguía mirando hacia el punto en el que desapareció la silueta de Nicolás, aunque no lo pueda ver.

Benjamín: andá con él, hablale. Nosotros nos vamos –palmeó la espalda de Agustín, y los tres juntos caminaron en otra dirección. Yo miré la situación en la que Peter estaba, y caminé lentamente hacia él, suave y sin hacer ningún tipo de ruido. Tomé su mano, y le causó escalofríos, ya que no se lo esperaba. Apenas notó que era mi mano, la presionó fuerte. Noté que sus lágrimas empezaron a salir sin control y me enfrenté a él. No desvió su mirada desde aquél punto de desaparición de Nicolás, y tampoco esperaba que lo haga. Me acerqué a su oído sin soltar su mano y después de dejar un beso en su mejilla le hablé.

Lali: estoy acá con vos mi amor... estoy acá –y me soltó rápidamente para enroscar sus brazos en mi cuerpo, y descargar todas sus lágrimas, en un abrazo.

Continuará...

Hola chicas/os! Acá acabo de subir toda la nove de nuevo, para no perder el hilo. Este es el último capítulo que subí al fotolog, y mañana voy a subir el nuevo. Gracias por todo!

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Un mundo distinto ( 63 )

Novela: Un mundo distinto Capítulo: Nº63 "Es hora"

Lali: necesito su ayuda –dije agitada y desesperada apenas entré al aula. Me miraron con un dejo de desprecio y miraron hacia otro lado, como si hubiera algo más importante que su amiga en apuros- mírenme carajo! –grité golpeando seco un banco- se que les jodió lo que dije, y que los ignoré todo el día. Perdón! Perdón, okay? Pero esto es importante, y si me quieren por lo menos un poco, ayúdenme –pero gasté saliva sin resultado. Ninguno me miró, y tampoco recibí respuesta. ¿Qué clase de amigos eran? Los miré uno por uno, a ver si obtenía respuesta, pero no fue así. Muy enojada, tomé mis cosas y me fui del aula. Mi mente maquinaba de todo. Sí, es verdad, fui una garca, no les di pelota... pero tanto les afecta que por un día no les hable? Es más, tanto les afecta que no les hable sabiendo la situación que estoy viviendo? Tanto les molestó que esté con mi novio, antes de que sea golpeado por mi ex? Tanto les había molestado que no me iban a ayudar? También, pensaba en que iba a hacer con Peter. Porque yo no lo puedo defender, y si no era hoy, le pegarían mañana. Lo conozco lo suficiente a Nicolás, y sabía que no iba a parar hasta darle su merecido. Pensaba en por qué Nicolás le quería pegar a Peter, ya que con eso no me recuperaría (es más, lo odiaría), pero después me acordé que en Nicolás era una cuestión de orgullo. Pensaba en cuantos serían contra Peter. Seguro estaba Victorio (amigo, casi hermano de Nicolás. El mismo por el que Noelia y Candela se habían peleado), Matías (otro amigo de Nicolás), Federico (otro más, pero a diferencia de Matías y Victorio, Fede era muy grandote y ancho. Sin dudas iba a ser muy difícil que Peter salga ileso); y seguro Pablo también (el chico de Rochi, y amigo de Nicolás). Estaba a media cuadra de la plaza, iba a improvisar algo para ayudar a Peter, pero en un momento me tomaron del brazo y detuvieron mi paso.

Xxx: yo te voy a ayudar –lo miré confundida, ya que jamás hablamos más de dos palabras. Compartíamos grupo, pero no éramos amigos. Es más, según Nicolás le caía mal. Sin decir nada más, caminó de regreso al colegio.

Lali: disculpame, pero se me acaba el tiempo. Prometeme que tu solución va a ser la mejor y vamos a lograr separarlos –me miró a los ojos, y siguió caminando sin darme respuesta. “El que calla otorga” tomé como respuesta, pero era solo para saciar mi nerviosismo. Apenas entramos de nuevo al aula, suspiré por tener que verles la cara de nuevo. Crucé mis brazos, y alejé mi mirada.

Lali: Pablo, ya vine acá. Mirá, me tengo que ir rápido. Me ayudas vos, solo? –remarqué la única palabra. La verdad es que me molestaba tanto la reacción de mis ‘amigos’.

Pablo: esperá –me dijo, y miró a los chicos- ey! Qué les pasa? Es su amiga, Lali! –y ninguno se atrevió a mirarlo.

Xxx: no te metas, Pablo –dijo seca.

Pablo: me meto, Rocío! Porque te amo –le dijo, y obtuvo la atención de todo el grupo con semejante declaración-, y Mariana es tu mejor amiga, y está en problemas. Tus amigos, son mis amigos. Y si ella necesita que la ayudemos, vamos a ayudarla –pero, igual, ninguno se movió de su silla- Se hacen llamar amigos? el amor de su vida está por ser humillado, y necesita su ayuda!

Xxx: qué haces defendiendo a Lali? Supuestamente Nicolás es tu amigo, deberías estar ahí, pegandole a Peter –y lo dijo tan fría, que me dolió.

Pablo: sí, podría estar ahí. Pero por suerte se diferenciar en el bien y el mal Candela –se calló por un instante, pero nadie habló- y yo que quería ser parte de su grupo, porque me parecian re copados. Resultaron ser re forros, con lo buena mina que es Lali le pagan así –y ahí me quedé muda. De donde sacaba esas palabras este chico? Juro que jamás hablé con él, jamás tuve un contacto tan cercano salvo Rocío y Nicolás. Y de nuevo, nadie emitió palabra- bue, iré solo –dijo sin más, y me tomó de nuevo del brazo para caminar hacia la plaza, pero yo lo detuve.

Lali: pará Pablo... –me di vuelta y los miré a los chicos- son mis mejores amigos... ayúdenme –les rogué- por favor se los pido, los necesito y mucho –dije al borde del llanto. Hoy era un día muy sensible para mí. Peter, Nicolás, amigos... la verdad es que todo junto era una bomba de sensibilidad- Agus, Benja? –porque sabía que eran los que iban a aflojar de una. Soy su hermanita menor, y querían lo mejor para mí, y no me equivoqué. Porque apenas oyeron que los llamé, se pararon de sus asientos. No dijeron una palabra, solo caminaron a la par de Pablo, fuera del curso, y empezaron a caminar a la plaza. Yo fui detrás, caminando, hasta que sentí dos brazos que me rodeaban. Uno era de Candela, y otro de Rocío. No hacía falta decir nada, con eso me dieron todo su apoyo. Nos dirigíamos los seis muy apurados a la plaza en donde iba a ser el encuentro. Apenas llegué, vi a Peter enfrentado a Nicolás y este le decía cosas. Mi corazón empezó a acelerarse... era hora de salvarlo, defenderlo, y sobre todo... amarlo.

Continuará...

Un mundo distinto ( 62 )

Novela: Un mundo distinto Capítulo: Nº62 "Te voy a salvar"

Xxx: necesito hablar con vos Mariana –me dijo en el último recreo que el colegio nos otorgaba. La miré para identificar quien era, y volví a bajar la mirada.

Lali: no quiero hablar –contesté seca.

Xxx: vamos a hablar igual! –me ordenó tomándome del brazo.

Lali: qué mierda te pasa Rocío? –dije soltándome de su mano que me sostenía- te dije que no quiero hablar! No quiero escucharte! Dejame en paz! –le grité. Me miró indignada, le dedicó una mirada a Peter que estaba sentado a mi lado en la escalera de la biblioteca y se dio vuelta indignadísima con un destino incierto. Sí, la había tratado mal, tenía razón en enojarse. Pero... ¿Tan difícil era aceptar el hecho que quería estar con mi novio por un rato? ¿Sola? ¿Tan difícil? Peter me miró y tragó saliva. Sostuve su mano, entrelazando mis dedos con los suyos.

Peter: no estas siendo muy dura con ellos? –negué totalmente decidida- ellos solo quieren estar con vos, es un momento difícil para vos también, Lali.

Lali: Y para vos también. No sé Peter, no sé si los estoy tratando mal. Y la verdad es que tampoco, ahora, en este momento, le estoy prestando atención a eso. En lo único que pienso en este momento es en vos, en que quiero estar con vos –me acosté en los escalones de manera que mi cabeza quede sobre sus piernas- me amas? –asintió- mucho? –pero esta vez no respondió con palabras, sino con un beso, uno interrumpido por el timbre de vuelta a clases. Apenas llegamos y nos sentamos, le dimos la bienvenida a la profesora, que venía a dar la última clase del día. Pero, obviamente, y como era de esperarse, no presté atención a nada de lo que explicó la profesora. Estaba muy entretenida pensando en lo que iba a pasar hoy, exactamente en una hora, ¿a qué nos íbamos a enfrentar? Peter estaba igual, muy pensativo también, bueno... el suele ser muy pensativo en las clases. Pero a diferencia de las otras horas del año, no estaba pensativo por los ejercicios. No, ambos estábamos igual de pensativos por una sola causa: no sabíamos que nos depararía en la tarde de hoy, y eso nos ponía temblorosos. Cuando faltaban cinco minutos para terminar la clase y poder retirarnos, como de costumbre, pedí permiso para ir al baño. Toda mi vida hice eso, porque no me gustaba llegar a mi casa desesperada por ganas de orinar, me parecía algo ilógico, así que siempre, cinco minutos antes, pedía al encargado del curso ir al baño. La profesora accedió a mi petición y yo salí del aula, pero lo que me sorprendió fue que cuando estába por entrar al baño. Una mano tapó mi boca, y la otra me sostuvo el cuerpo haciéndome entrar al baño a la fuerza. Me acorralaron contra una pared y me callaron (ya que, obviamente como acto reflejo, grité). Miré a la persona y quise salir de sus brazos, pero me fue imposible. Así que, sabiendo sobre sus desagrados, saqué mi lengua al ataque y chupé toda su mano, logrando su cara de asco y su intento de limpiarse, el que aproveché para alejarme de él.

Xxx: sos un asco! –me gritó.

Lali: qué haces acá? –dije seca- es el baño de mujeres.

Xxx: ya sé, pero parece que acá es en el único lugar en el que te puedo hablar, sin que interrumpas o huyas –sonó el timbre de salida, y amagué para irme del baño. Pero él fue más rápido y puso una mano en la puerta, para que no me vaya- pará! –me frenó, y lo miré ya cansada.

Lali: dejame Benjamín! –y forcejé la puerta.

Benjamín: no! –gritó- Nicolás le va a pegar a Peter, con Victorio y los demás pibes! –dijo, antes que logre salir del baño, y no lo escuche- lo van a hacer mierda Lali, tenes que hacer algo –yo quedé helada, pensando, necesitaba idear un plan para salvar de alguna forma a Peter- Lali! –me gritó, y me sacó de mis pensamientos- corré o lo hacen mierda! – y así fue como salí del baño corriendo. Quería salvarlo, quiero salvarlo, voy a salvarlo.

Continuará...