9 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 19 )

Novela: Un mundo distinto Capítulo: Nº19 "La puta"

Lali: vamos volviendo? –Negó rápido y me aferró a él- dale Peter...

Peter: no quiero! –puchereó, caprichoso.

Lali: tenemos que volver, mañana hay colegio...

Peter: te sentás conmigo? –asentí, y me paré. Lo tomé de las manos y tironee hacia mi lado, así lograba levantarlo (con su ayuda, obviamente). Pasó su brazo por mi cuello y yo por su cintura, y así caminamos, como si nada nos importase. Volvíamos como una pareja normal, aunque los dos sabíamos que no lo éramos. Ese chico era increíble, cambiaba el pensamiento de cualquier persona en un santiamén. Él era un chico increíble, me susurraba cosas tiernas al oído, que me hacían sentir querida. “Sos hermosa”. Lo había oído muchas veces, pero jamás había tenido tanto significado para mí. Nunca me habían hecho sentir como me siento ahora.

Peter: llegamos –sonrió y me abrazó- nos vemos mañana gorda.

Lali: Peter, acordate que yo sigo con Nicolás...

Peter: ahora vos cagaste el momento –reímos- ya lo sé, Lali. Y vivo con ello –se acercó y me abrazó. Para finalizar, me dio un beso suave en mis labios- te quiero –acarició mi mejilla.

Lali: yo también –último saludo, y cruzó a su casa. De puerta a puerta nos tiramos un beso volador y cerramos casi al mismo tiempo.

Xxx: quién era ese chico? –miré asustada, y bufé al darme cuenta que era él.

Lali: no jodas...

Xxx: jodo todo lo que quiero! –me gritó.

Lali: no molestes Patricio! –ya cansada.

Pato: que no moleste?! No estas con Nicolás vos?!

Lali: estoy! –Afirmé enojada- no te metas!

Pato: sus una puta!

Xxx: Patricio! –Retó mi mamá- estas loco? Qué decís?

Pato: lo que es mamá, tu hija es una puta –y se fue enojado. Mi mamá me miró, en busca de alguna explicación y yo corrí a mi cuarto en el que me encerré. Lloré, haciendo oídos sordos a las súplicas de mi mamá por que le abra la puerta.

Majo: abríme Mariana! –exigía angustiada, mientras yo seguía llorando. Sí, lo era, era una puta. Una puta. Me quedé encerrada por dos horas, y cuando entré a Facebook recibí una invitación “Lali Espósito, te invitamos a la fiesta de egresados de 3º Economía del Ceferino!”. Clickeé asistiré, y me cambié. No servía para tener una relación. Yo soy una puta, soy la puta. No sirvo para querer, no sirvo para adorar, no sirvo para enamorar. Sirvo para mostrar mi cuerpo, para calentar, y para una buena noche de pasión. Para eso existe la puta, para eso soy la puta. Creí que estaba haciendo las cosas bien, juro que lo creí por un instante. Pero... ¿cuándo me sale algo bien a mi? Jamás, a la puta nada le sale bien. No me importaba quién iba a la fiesta de egresados, yo iba. Estaba ahogándome, estaba desesperada, estaba hambrienta, estaba con ganas de más. Necesitaba algo, necesitaba que me deseen, que me digan hermosa. Aunque ninguno iba a ser como el de Peter, lo sabía. Peter no se merecía esto, no le puedo dar nada. Me ahogaba, necesitaba que me saquen esa bolsa de la cabeza y que me dejen en el planeta tierra. Bajé las escaleras y dejé una nota ‘Me voy, no vuelvo a dormir. No me llamen, no voy a atender’. Caminé con mi short de jean y mi remera que dejaba ver mi panza por Av. Maipú. Me tomé un taxi y llegué a Caix, el boliche donde se daría la fiesta. Estaban todos pasados en copas, ya había recibido gritos, silbidos y toqueteos, nada fuera de lo normal. Me encontré con Candela por las casualidades de la vida ‘vine con un chico’ me llegó a decir. Poco me importó, seguí bailando con su compañía. Varios chicos pasaron por detrás, pero uno me gustó. Respondía al nombre Mauro, tenía ojos verdes y pelo rubio rapado. Me dijo que iba a mi colegio, y me observaba hace mucho tiempo. Apretó mi cintura y se acercó a mí. A leguas notaba que estaba en pedo, pero poco me importó. Lo tomé de la nuca y lo empecé a besar apasionadamente. Sus manos estaban en mi cola y daban círculos. Bajo sus besos a mi cuello, y ahí lo tomé del brazo: eso no daba para más dentro del boliche. Lo llevé hacia los baños, entramos y muchas chicas nos miramos. A mi no me importaba nada, y él estaba en pedo. Situación perfecta. Bajó rápidamente mi short y se introdujo en mí como por arte de magia, besaba mis pechos y me hacía suspirar. Para esto existía la puta. La que no se relaciona con ningún pibe. Esto soy yo: la puta. No puedo estar ni con Nicolás, ni con Peter. No puedo estar con nadie.

Mauro: sos hermosa –pero igual recordaba. Recordaba las palabras textuales de lo que me había dicho Peter esa tarde. Repasaba todo el tiempo juntos, el primer beso y me ponía más pasional. Quería y debía olvidarlo, y como estúpida pensaba que con la ayuda de Mauro, y del sexo era capaz de lograrlo...

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario