9 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 32 )

Novela: Un mundo distinto Capítulo: Nº32 "Fix You"

[http://www.youtube.com/watch?v=JI-o25K6B-E&ob=av3e (Canción de fondo)]

Xxx: vámonos de acá Lali... –alguien detrás de mí me abrazó y me guió a mi habitación. Yo me dejé caer en sus brazos y me dejé guiar. El llanto nublaba la vista, y sus brazos comprensivos y contenedores me sirvieron de apoyo para no tocar el suelo psicológicamente y físicamente. Estaba llorando, él me sostenía para que no me cayera, seguía llorando- sh, Lali... no llores por quien no lo vale –me ayudó a sentarme en mi cama porque ya habíamos llegado a la habitación donde me hospedaba. Yo en ningún momento dejé las lágrimas de lado, pero sentía su mirada pegada a mis ojos, y sus dedos secando los restos de agua salada.

Lali: soy una tarada... –me repetía en voz alta, repetía lo mismo desde que había visto la imagen, pero ahora lo decía a viva voz mientras mi llanto no se detenía y por momentos se hacía más fuerte al darme cuenta de lo que estaba pasando.

Xxx: sh, yo estoy con vos...

Lali: pero no deberías –y por primera vez lo miré a los ojos- perdón Peter. Perdón por ser tan ciega, perdón por tratarte mal cuando vos me querías ayudar. Perdón por atarte así, y por quererte tanto a tal punto de no creerlo, perdón. Perdón por... –fue un segundo en el que noté sus ojos cerrados frente a mi y su boca pegada a la mía, y también fue un segundo en el que me colé a ese maravilloso beso. Un beso tierno, un beso de los que solo nosotros nos sabíamos regalar, robar y entregar. Una unión de labios, en la que expresábamos hasta el último gramo de amor. Uno de esos besos en el momento perfecto, concordando perfectamente. Nunca un beso me hizo sentir tan bien, nunca. El me besaba y lo acompañaba con un abrazo, en el que sentía su cuerpo pegado al mío y en el que sentía su protección y devoción. Se notaba, por la intensidad del beso, que no se quería separar de mí, ni yo de él.

Peter: yo te voy a hacer bien –pronunció suavemente en un instante en el que nos separamos para respirar. Estábamos frente a frente, rozando los labios y sintiendo ambas respiraciones.

Lali: tantas veces me lo dijeron, Peter... –apenada miré hacia abajo- yo ya no sé en quien confiar. Mirá como estoy que ni siquiera confío en mi! La última vez que confié en mi y en mis pensamientos me engañaron y me despreciaron.

Peter: quizás es por eso, Lá. Tenes que dejar de pensar un poco en los demás, y empezar a sentir con partes de tu cuerpo y alma... –lo miré a los ojos y bajé la mirada.

Lali: me odio tanto... –esbocé, y levantó mi cara desde la barbilla, y comenzó un beso tierno para callar ese odio a mi persona que tenía yo misma.

Peter: sos perfecta, Lali.

Lali: cómo alguien con tantos defectos puede ser perfecta? –Pregunté obvia- no paro de equivocarme, soy increíble. Parece que estoy creada para echar a la luz todas esos defectos que tengo!

Peter: sos perfecta con tus imperfecciones –me acarició la mejilla derecha- sos perfecta cargando con todos estos problemas que vivís diariamente. Yo me ofrezco a tratar de arreglarlas, de a poco y juntos. Nada como ir juntos a la par, dicen... y nada como unirnos para ayudarnos eternamente. Yo sé que soy capaz de estar con vos toda una eternidad. Dejame ayudarte, dejame quererte, dejame ser con vos, dejame arreglar todas esas imperfecciones –sonrió, y logró sacarme esa sonrisa de amor. Me acerqué a él y lo besé yo, para que le quede clara mi respuesta. Obviamente lo dejaba, lo dejaba en todos sentidos. Rápidamente me tomó de las mejillas para que no me separe y seguimos un beso largo, sin ganas de separarnos. Luego de unos minutos besándonos, se separó de mí con pequeños besos marcados por toda mi cara, uno en los labios, en ambos cachetes, en la frente, en la nariz y volvió a mi boca para iniciar otro beso tierno. Peter era el chico más tierno que había conocido sin dudas. Se separó unos instantes después y me miró a los ojos. Esa era la mirada que me gustaba en un hombre, una mirada sin enigmas, una mirada llena de deseo, amor y afecto a la otra persona. Sonreímos apenas nos separamos, nos mirábamos a los ojos, y en ese momento dio a conocer sus nervios. Relamió sus labios y comenzó a mover de lado a lado su pie. Posé mi mano en su pierna y detuve sus movimientos. Ambos sabíamos lo que se avecinaba, o lo que se tenía que avecinar por casi obligación y destino. Lentamente nos volvimos a acercar y nos besamos de otra forma, siempre manteniendo esa forma tierna de besarnos, pero empezamos a descubrir y a implementar un beso con pasión, y ganas de más amor. Sí, ambos sabíamos lo que se venía. Me acerqué más a su cuerpo y lo besé abrazándolo, recorriendo cada parte de su cara con mis manos. Me estaba aprendiendo cada rasgo de su cara. Se separó de mi con pequeños besos cortos, y me pareció raro al principio (claro, estábamos en medio de un beso que parecía interminable). Pero después relacioné que quizás el no quería dar ese paso... hace recién semanas había dado el primer beso y no quería obligarlo a estar conmigo, aunque sea lo que más quiera. Me miró a los ojos y acarició mi mejilla.

Peter: yo voy a arreglar todos tus defectos, con mucho amor –y me besó. Para ir inclinándose a la cama de aquél cuarto de Bariloche.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario