9 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 37 )

Novela: Un mundo distinto Capítulo: Nº37 "Decepción"

Sábado, último día en Bariloche. Esta semana se basó en esquivar todo tipo de acercamiento de parte de Nicolás con todas las excusas posibles: “Me siento mal”; “No recibí tu mensaje”; “Estoy con las chicas” (esas chicas eran Peter, obviamente); etc. También se basó en verme clandestinamente con Peter, y regalarnos besos clandestinos y caricias clandestinas. A partir del día en el que pasó... ya saben que cosa con Peter, me quedo todas las noches con él en el hotel mirando películas en mi cuarto y divirtiéndonos. Habíamos intentado ir a un boliche, pero Peter estaba incómodo, entonces volvimos al hotel. Las noches de Eugenia y Nicolás no terminaron, porque todas las noches daba un vistazo a ver si estaban ahí, y para mi no sorpresa, sí lo hacían. Los veía entrar por las puertas principales del hotel todas las noches, pero ¿saben qué? No me importaba, porque tengo dos ojos verde oliva en los cuales prestar atención.

Lali: ¿qué haces? –pregunté enojada tocándome el labio.

Xxx: beso a mi novia, ¿me lo vas a negar? –Me quiso besar de nuevo y lo frené- apa, queres ir directo a la acción ¿no? ¿Tu cuarto o el mío? –tomó mi brazo para llevarme, seguramente, a alguna de las habitaciones del hotel.

Lali: no! –Grité fuerte y con una reacción rápida me solté de sus brazos- no quiero! –grité de nuevo- no quiero nada tuyo.

Xxx: qué te pasa Mariana?

Lali: que no sé si estoy a la altura de una rubia, ojos verdes... decimelo vos, Nicolás –me miró- no te hagas el pelotudo! –grité con toda la bronca acumulada que tenía- te suena una pendeja que responde al nombre Eugenia? –suspiró y miró hacia abajo- te suena o no? –grité- respóndeme si tanto te gusta engañarme!

Nico: yo te puedo explicar. No todo es lo que par... –lo interrumpí.

Lali: mirá vos! La vez que los encontré besándose me dijiste lo mismo, a diferencia que yo te creí. Te creí Nicolás! –le grité y mis lágrimas de bronca e impotencia comenzaron a salir- estoy harta de tu juego, yo no quiero caer más! Creí en tu maduración, creí en tus besos, creí toda esta mierda de invento! Me duele tanto que me hayas echo esto, te cagaste en mí Nicolás! Te importé poco y nada, no te importé. Y no lo digo solo como tu ex novia –sí, dije ex por si no había quedado claro- sino también como tu amiga, tu mejor amiga. Fui tu mejor amiga un montón de tiempo, te banqué en todas, y así me pagas? Engañándome con Eugenia? Que mierda tenes en la cabeza? Acaso se te pasa por alguna neurona como me siento yo? Como me estoy sintiendo en este momento? Como una tarada, imbécil, ingenua y muchas cosas más... no sabes como te estoy odiando en este momento, Nicolás. Y sabes que es lo peor? Que había empezado a creer tu ‘te amo’, porque... –me interrumpió.

Nico: fue ese pelotudo, no? –lo miré confundida- fue el hermano de Eugenia no? –preguntó enojado- decimelo! –me gritó y me apretó los brazos zamarreándome de un lado a otro.

Lali: me estas lastimando! –grité con lágrimas en los ojos- soltame Nicolás! –le dije totalmente angustiada y cuando me miró a los ojos las fracciones de su cara cambiaron. Sus párpados bajaron, su respiración se tornó lenta y sus brazos se ablandaron. Me soltó de los brazos y me quiso abrazar, pero apenas tocó mi cuerpo lo alejé de un empujón brusco- sos una mierda –y me fui. Escuchaba sus pasos detrás de mí y sus gritos intentando explicar su reacción, pero por supuesto hice oídos sordos a todo tipo de llamado de atención. Cuando sentí que su mano rozó con mi brazo comencé a correr por el pasillo y de un santiamén me encontré adentro de mi habitación. Respiré agitada hasta que mi respiración se calmó. Sí, muy feo. ¿Qué muy feo? Corrí porque sentía miedo. Cuando me zamarreó sentí miedo ¡y qué feo era sentir miedo de Nicolás! El hombre en el que hallé mi primera vez, mi primer novio oficial, mi ex mejor amigo, mi compañero de vida por un instante. Nunca nada va a ser igual de nuevo, eso es de esperarse... y menos el hecho de poder hablarle sin metros de distancia. Como una simple pelea había echado toda la amistad que solía tenerle por la borda. Era raro tenerle miedo a él, era raro sentir su piel rozar con la mía y en vez de besarlo, echarme a correr... era todo muy raro, pero fue una decisión rápida y concisa. Cuando mi respiración se calmó y caí en la situación en la que estaba me largué a llorar. Lloré de una manera descomunal, pero no porque me guste Nicolás (no me malinterpreten) sino porque me decepcionó su reacción. Lentamente me paré y fui a mi cama, me recosté con un paquete de pañuelos a mi lado a pensar, porque conociéndolo a Nicolás, no se iba a quedar con los brazos cruzados. Iba a querer hablar conmigo, pero después de esa reacción no sé si quiero hablar con él. Me asusté cuando escuché gritos fuera de la habitación, y se abrió fuertemente la puerta.

Xxx: Hija de puta! –reconocí una de las voces...

Continuará...

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