9 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 20 )

Novela: Un mundo distinto Capítulo: Nº20 "Dejar la piratería"

“Chau, un placer compartir baño con vos”. Un último buen beso de despedida y me fui, aún agitada. Llegué al centro de la pista con la esperanza de seguir bailado y que otro chico aparezca como carnada. Pero al llegar, lo vi. Nicolás, besándose con una pelirroja. Dice que son yetas, claramente lo son porque con ella lo encontré. Okay, algo de calor celoso subió por mis venas, pero ¿qué le iba a decir? ¿Me daba la cara para reclamarle algo después de cuernearlo dos veces? Porque no olvidemos que con Peter también lo engañé, no sólo con Mauro, aunque sean situaciones distintas. La chica lo besaba con pasión, y bajó a su cuello. En ese instante fue en el que Nicolás me vio. Sorpresivo se acercó a mí, seguramente pensando que iba a correr, llorando y odiándolo. Quería sentirlo, pero no podía. Yo hice lo mismo. Tampoco me resultaba algo sorpresivo, estaba acostumbrada a verlo con otras minas, como el estaba acostumbrado a verme a mi con otros chicos. Antes no sentíamos nada, supuestamente ahora sí, pero no siento como si sintiéramos algo. Nicolás me tomó del brazo y a mi oído –por la música fuerte- me habló.

Nico: Lali, lo que viste no es lo que parece!

Lali: Y como es entonces?

Nico: vení que te lo explico –tomó mi brazo y me guió hacia fuera del boliche, donde nos podíamos escuchar, y hablar como personas civilizadas. Él me miraba, esperando alguna reacción, algo. Pero yo no emitía sonido, hasta que el silencio llegó a molestarme.

Lali: Y?

Nico: te quiero –se acercó a besarme pero lo frené- lo de esa piba era cualquiera, lo sé. Quería despedirme. Me vas a decir que vos no estuviste con ningún chico? –dos en realidad. Negué y me miró superado- pensé que había confianza acá eh... –lo miré- Mauro te suena? –Ironizó y bajé la mirada- los rumores corren rápido, Lali –lo miré- yo esta vez no me voy a enojar... pero acá dejamos todo. Acá se acabó el parche Lali. Quiero que por primera vez nos pongamos las pilas, y que seamos nosotros dos. Si no estas preparada, seguimos pirateando y picoteando... pero si lo hacemos, lo hacemos bien. Yo te quiero, enserio te quiero. Y yo creo que estoy preparado para quererte. Lo de recién fue porque habías estado con Mauro la verdad. Ni siquiera sabía como se llamaba la piba esa. Quiero estar con vos, Lali –bajé la mirada y el suspiró. Me acerqué a él y lo besé. Basta, ya está. Acá se acabó la Lali bígama. Quiero hacer las cosas bien y con Nicolás podría experimentarlas. Ya sé que lo dije muchas veces, pero no puedo más enserio, quiero quererlo. Nicolás es una persona increíble, siempre lo repito. Pero el miedo a que me quieran me sobrepasa. No creo que alguien pueda quererme, es casi imposible. Pero Nicolás me hace sentir querida, me hace sentir que vale la pena estar vivo. Dejo el parche, entrego mi corazón- es obvio que no estas con Andrés no? –cambió totalmente de tema. Nicolás quería reconciliación, como que lo conozco desde los trece años. Con ‘Andrés’ se refería a la menstruación, entonces reí y negué- por qué me mentiste?

Lali: me iba a matar la culpa toda la noche, Nico... –suspiró y me miró.

Nico: es bueno Mauro en la cama?

Lali: en la cama no sé... lo hicimos en el baño del boliche –el rió.

Nico: es bueno en el baño? –reímos juntos.

Lali: no tanto como uno que conozco... –sonreí y me acerqué a él.

Nico: conoces a tantos... –reímos y lo volví a besar.

Lali: ninguno mejor que vos, Ni –sonrió y me guió hasta su auto. La radio sonaba “Mi niña bonita” él cantaba desesperado, me cantaba. Parecíamos borrachos, y lo peor era que ninguno lo estaba, yo había tomado dos vasos de Fernet, y Nicolás había venido con el auto (con respecto a eso era muy responsable). Llegamos a destino, y subimos por el ascensor, él aún tarareando la canción, tarareándome la canción. Entramos al departamento, vimos una nota de Gastón que pedía encarecidamente que Nicolás no haga mucho ruido con su acompañante, y reímos. Gastón era un ser especial sin dudas. Él solo era capaz de bancarse las cosas que se banca. Fui a la cocina y puse la pava para calentar el agua para un café, Nicolás llegó, en boxers. Me tomó de la cintura y besó suavemente mi cuello. ‘Te quiero’, pronunció a mi oído suavemente. Me di vuelta y lo abracé por la cintura, intentando unir mis brazos de lado a lado, pero con semejante lomo, imposible. El reía, yo reía. Besé su mejilla derecha, besé su mejilla izquierda, besé su frente, besé su nariz, y lo miré a los ojos. Tiró mi pelo para atrás y me besó lentamente. Nadie nos apuraba. Caricia va, caricia viene, beso va, beso viene, lo que menos nos importó fue el café.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario