10 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 61 )

Novela: Un mundo distinto Capítulo: Nº61 "Ojalá"

Lali: qué vamos a hacer?

Peter: no sé...

Lali: qué vamos a hacer?

Peter: no sé!

Lali: no me digas no sé Pedro! Estoy mal yo también, eh!

Peter: tenías razón, había que afrontar esto desde el principio... no acobardarse –golpeaba su cabeza contra su mano- soy un tarado!

Lali: ey! No sos un tarado –lo miré a los ojos- estamos juntos, y vamos a enfrentar esto juntos. Sí? –asintió. ¿Por qué estabamos así? Era lunes, y según las caras de satisfacción de Eugenia al verme pasar por los pasillos de su casa, Nicolás ya se había enterado de todo, y sus puños estaban listos para atacar. Los dos nos enlistamos, y juntos caminamos hasta el colegio... porque ya no había nada que ocultar. Apenas llegamos ambos nos sentimos muy observados, y por eso nuestras manos, que ya estaban unidas, se presionaron más fuerte. Caminamos un piso hacia nuestra aula, y apenas entramos, nos sentamos juntos en un banco de adelante. Sentía por mi nuca los ojos de todos mis compañeros, y más fuerte los de mis amigos, pero aún seguía haciéndome la indiferente, y no despegué mi mano de la de Peter. Mientras estábamos en la clase, recibí millones de papeles de parte de mis amigos, preguntándome qué había pasado en realidad, pero yo no respondía ninguno. La verdad era que Peter necesitaba mi apoyo ahora, y pensaba quedarme ahí con él el resto de la eternidad, si era necesario. Igual, aunque parecía que prestábamos atención a la clase, no era así. Ambos nos estábamos escribiendo en un papel de carpeta, pero la verdad era que ninguno de los dos quería que nuestros compañeros nos oyeran.

Qué pensas hacer? –le dije para iniciar la conversación.

No sé, por ahora pienso en esperar a ver qué quiere hacer él... si quiere cagarme a trompadas, o cagarme a puteadas. Cualquiera de las dos, me las tendré que aguantar.

Así que si viene a pegarte, no pensas defenderte? –pregunté confundida.

No lo hice antes, no lo voy a hacer ahora –me respondió con su letra perfecta y sin errores de ortografía. Y justo cuando iba a responderle el mensaje el timbre sonó. Ambos nos quedamos en nuestros lugares, viendo a mis otros compañeros ir a disfrutar ese recreo, el que quizás para nosotros sea una pesadilla en vida. Pasaron mis amigos por los costados de nuestro banco, algunos no me miraban –seguramente estaban enojados por mi bipolaridad-, y otros me mirában intentando descifrar que me pasaba. Apreté la mano de Peter, y nos miramos por unos segundos. Creo que ya lo saben, pero nuestra relación se basa en miradas. Yo me enamoré de él por sus ojos, su mirada, y por la conexión que llegamos a tener, con solo vernos. Yo no solía entrelazar una relación con un chico nuevo, simplemente no le hablaba. Pero con él fue distinto, desde que llegó. Él me enamoró, él me hizo sentir lo que era amar, él me hizo sentir lo que era ser amada, él me hizo entender lo que era estar de novia, el me enseñó a ser una mujer pura llevando mis 5 semanas sin nada de relaciones sexuales. Él fue el intermediario en mi vida, él fue el que frenó mi vida, para transformarla. Nos mirábamos con tanto amor, que nos conectamos en un segundo, y por inercia nos fuimos acercando, para unir nuestros labios. A ninguno le importaba si alguien miraba, en realidad, ninguno de los dos se dio cuenta porque estábamos muy concentrados en nosotros. Sentía su respiración, pero nuestros ojos no se despegaron. ¡Es más! Hasta sentí como mis labios tocaban los suyos en un roce provocador... hasta que de un momento a otro nos separamos porque escuchamos un golpe aturdidor en nuestro banco. Miramos al accionario, y sentí como Peter temió.

Xxx: hace falta decirte “a la salida, en la plaza”? –dijo entre dientes, muy enojado.

Lali: pará, bajá un cambio Nicolás.

Nicolás: no estoy hablando con vos! –me gritó- le estoy hablando al estúpido de tu novio –él, sin embargo, en ningún momento lo miró a los ojos- no va a hacer falta venir a buscarte y llevarte allá de los pelos, no?

Lali: Nicolás te estas zarpando! –me paré autoritaria haciéndole frente. Me miró unos segundos, y rápidamente desvió la mirada y lo miró amenazante. Le levantó el mentón con furia y lo señaló con orden.

Nicolás: ni se te ocurra no ir, pendejo. Te voy a hacer mierda –lo soltó, me dedicó una última mirada, y sin decir más, se fue. Dejándome a mí con la boca abierta, y a él con el miedo a flor de piel. Me senté de nuevo y lo miré. Él, no decía nada, y ni siquiera me miraba. Tenía un nudo en la garganta, por mis ganas de llorar acumuladas, pero yo tenía que ser fuerte, y transformarlo a él, en una persona fuerte. Respiré hondo, y tomé sus mejillas para que me mire a los ojos.

Lali: no voy a dejar que nada te pase –dije con voz gangosa- te prometo que no voy a dejar que nada te pase –y previo a eso, lo abracé con todas mis fuerzas. Ojalá con un abrazo se pudiera proteger a una persona. Ojalá.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario