9 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 26 )

Novela: Un mundo distinto
Capítulo: Nº26 "El enigma de su mirada"

Me quedé unos segundos más mirando esa situación, pero cuando me estaba por ir noté como Nicolás se separaba bruscamente de Eugenia y sus labios. Nicolás esbozó un ‘tengo novia Eugenia, no te equivoques’ sonreí, y creí que ese era mi momento de escena, mi momento de marcar territorio.

Lali: sí, tiene novia –ambos se voltearon para mirarme.

Nico: Lali, te juro que no es lo que parece... –se acercó a mí, intentando explicarme algo de lo que había visto.

Lali: ya sé Nico, quedate tranquilo. Te podes ir? –dirigiéndome a Eugenia.

Euge: no vas a decir nada, Nicolás? –con lágrimas en los ojos. ¡Encima actuaba! Actuaba que lloraba, actuaba haciéndose la pobre. Haciéndose la que sufre por la situación. Sin mirarla, negó. Ella lo miró con una mirada mezclada de decepción y enojo. Pero después dio a conocer el segundo, cuando se fue de la habitación dando un portazo y dejándonos solos a los novios. Miré a Nicolás a los ojos, esperando que dijera algo, aunque sea lo más ínfimo. Nos mirábamos a los ojos queriendo y esperando algo. Dicen que una mirada vale más que mil palabras. Todo estaba dicho, qué íbamos a hacer ahora? Nicolás se alejó de mí, se dirigió a la puerta, cerró con llave y volvió hacia mí. Tomo mis manos, las acarició mirándome a los ojos. Me tomó de la nuca y rozó mis labios con los suyos mientras seguía mirándome a los ojos.

Nico: sácame este gusto de los labios –mordí mi labio inferior y bruscamente lo acerqué a mi para unir labios. Lo besaba con ganas de sacarle a esa chica de la cabeza, con ganas de quererlo y ser la única a la que él quiera. Lo besaba demostrándole que yo podía ser su única chica, lo besaba marcando esos labios de por vida. Dando a conocer que esos labios son míos, tienen mi nombre. Mi novio, es mío. Ninguna rubia me lo va a sacar. Habíamos llegado a destino hace tres horas y ya estábamos haciendo el amor, en Bariloche, complementándonos, queriéndonos. O eso se notaba de mi parte, me aterraba que él no lo haga...

Lali: me queres? –con la respiración agitada me animé a preguntar a mitad de la entrega de cuerpos. Él me miró con una de esas miradas profundas, me miró de una forma que me costaba descifrar. Nicolás siempre me miraba de una forma, pero hoy era distinto. Me miró profundo, con un toque especial, un enigma. El enigma de su mirada.

Nico: sí, te quiero –me besó de una forma que jamás me había besado. Era un sentimiento raro. Mientras él me besaba yo acariciaba su espalda, y no me separaba de sus labios. Lo único que me separó fue sentir una gota de agua cayendo sobre mi mejilla. Abrí mis ojos, inmediatamente y me encontré con sus ojos, aguantando lágrimas. Le había salido mal, no pudo aguantar tanto. Lo miré a los ojos un rato, intentando descifrar el enigma, pero fue imposible. Me acosté a su lado, dando por terminado el acto de amor. Lo abracé, lo volví a mirar. Me alejé un poco y sequé una lágrima.

Lali: ey, qué te pasa? Te sentís mal? Te hice mal?

Nico: yo hice mal Lali... –dijo apenado.

Lali: qué hiciste mal? –Me miró a los ojos- si es por lo de Eugenia está todo ya re arreglado, quedate tranquilo. Yo se lo que paso y...

Nico: hice mal en enamorarme tan rápido –me interrumpió, y me miró fijo a los ojos- te amo –entré en shock. Lo único que pude hacer fue abrazarlo. No me sentía bien. No me sentía bien porque no lo había sentido. Era la palabra más importante que me habían dicho y no la sentí propia. Siempre dije que el te amo era una de las palabras más importantes, yo en especial no se la digo a nadie, salvo a mis papás. Ni si quiera a mis amigos, pero juro que hay personas con las que siento ese amor, pero no lo digo. Con una sola mirada siento que amo, con una mirada siento que quiero, con una mirada siento que adoro. Identifico rápido esas miradas. Sé que por como Benja mira a Mechi la ama, sé que Rochi adora a Pablo con una sola mirada. Y pude darme cuenta, por como me miraba, que Nicolás no estaba amándome sinceramente. No estaba siendo del todo sincero conmigo. No sentía en sus ojos que de verdad me amaba. Su mirada, su mirada especial, no me decía te amo. Yo sé que el sentimiento no es recíproco. Sé que no lo amo, y prefiero no decirlo antes que mentir. Siempre prefiero ocultar antes que mentir, pero esto me dolió. Él sabe más que nadie que el ‘te amo’ para mí es muy importante, y no estaba siendo del todo sincero conmigo. Por una parte me preocupaba el porqué de la mentira, pero por otro me enojaba porque me había mentido. La verdad, prefiero dejar que las cosas fluyan. Lo único que estoy segura es que me mintió porque no lo sentí. No sentí que me amara.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario