10 de febrero de 2012

Un mundo distinto ( 60 )

Novela: Un mundo distinto
Capítulo: Nº60 "Enemigos de por vida"

Jorge: pará Eugenia! –gritó cuando luego de descubrirnos se fue corriendo. Cuando empezó a subir las escaleras yo la seguí, pero a mitad de camino me dí vuelta para frenar a la pareja de atrás.

Lali: me gustaría que ustedes no intervengan –les dije a la pareja más grande ya hicieron mucho por mí –ellos asintieron y detuvieron su caminata- vamos amor –le dije a Peter. Esta vez no iba a ser como aquel día que me ‘pescó’ a punto caramelo en el cuarto de Peter. Esta vez necesitaba su apoyo, ese tan incondicional. Estiré el brazo, y apenas sentí como me apretaba caminé a la par de él. Ibamos en dirección al cuarto de Eugenia, pero cuando pasamos por el de Peter (y mío también), la vimos de espalda mirando todo el dormitorio. En un instante agarró mi bolso y empezó a revisarlo.

Peter: Eugenia... –dijo Peter para que se calmara, cuando terminó de desparramar toda la ropa que había en mi bolso por toda la habitación.

Eugenia: Qué? –gritó y se dio vuelta para mirarnos- que queres? No entiendo como no me di cuenta! Tenia el enemigo viviendo en mi casa! –volvió a gritar, y notamos sus ojos inyectados en lágrimas, aguantándoselas. Pero antes que saliera una rebelde, salió bruscamente del cuarto, empujándonos a ambos. Fue casi corriendo a su cuarto, pero antes que cierre con fuerza la puerta, Peter la detuvo. Ella, fallida, se sentó de espaldas en su cama, mientras nosotros la mirábamos desde la puerta- qué más quieren de mí? Juro que me bancaba verte unos minutos en mi casa, aguantaba sentirte en el cuarto de Pedro. Pero después te ibas! Te ibas! Y yo no quedaba como una pelotuda! Vivías en mi casa! En mi casa! Mi enemiga estaba en mi casa! –gritó fuerte.

Lali: yo no soy tu enemiga! –grité el doble para que me escuchara. Se dio vuelta y me miró- yo no soy tu enemiga! Es un personaje inventado en tu cabeza, porque yo no tengo absolutamente nada contra vos, y vos no deberías tener nada contra mí!

Eugenia: claro... –dijo indiferente- ahora resulta que si tu novio piensa en otra chica, esa otra no es tu enemiga, no?

Lali: él me engañó con vos!

Eugenia: pero no pensaba en mí! No pensó en mí, no piensa en mí, ni jamás va a pensar en mí! Todo por vos, y por vos. Te engañó conmigo porque VOS no estabas con él, está ahora conmigo porque VOS no estas con él, y seguramente esté conmigo porque VOS vas a estar casada y vas a tener hijos con Pedro! –yo me quedé callada. La verdad es que sentí lástima por ella- no hay personas que más odie en el mundo que ustedes dos –dijo con las lágrimas cayendo sin parar, y sin despegar su mirada de la nuestra desafiante.

Peter: yo? Por qué? –y tenía que meter la pata. Se estaba calmando! Pero metió el dedo en la yaga.

Eugenia: Y me lo preguntas! –gritó- vos tenes toda la culpa de todo! Si fueras normal, como los otros chicos, jamás te habrían pegado, jamás tu mamá hubiera decidido mudarse, jamás habría dejado a mis amigos, jamás habrías conocido a Lali, y jamás me habría enamorado de Nicolás –se secó rápidamente las lágrimas- todo es tu culpa! –gritó con voz ahogada, y ronca de tanto llorar. Y aunque no dejaba de llorar, no estaba roja por eso, sino del enojo.

Peter: te puedo pedir algo como tu medio hermano? –dijo suave, después de unos dos minutos, en cuanto su respiración se había calmado, pero obviamente no recibió respuesta alguna- por favor, no le digas esto a Nicolás. No le digas que Lali está viviendo acá –respiró hondo, se paró, y nos miró a ambos.

Eugenia: estan muy equivocados –dijo serena- esto no es como los cuentos. Yo no te voy a entender, Mariana. Yo no voy a ser la hermanastra buena, Juan Pedro –dijo bien seca- yo voy a ir, le voy a decir todo a Nicolás. Yo voy a ser la pesadilla de sus vidas, voy a hacer que se arrepientan por haberse metido conmigo, y con mi vida... que ya estaba hecha allá! –dijo en un tono más alto- ahora voy a ir, a decirle todo a Nicolás, y obviamente a insitarlo para que te venga a dar una buena trompada, Peter. Necesitas que te acomoden las ideas, por dos cosas... uno, por meterte conmigo; y dos, por tener tan mal gusto –y me miró con desprecio- y quien sabe –dijo ya yéndose- quizás tu mamá nos hace volver allá porque se dá cuenta de lo últra violenta que es esta ciudad. Quizás, Nicolás se de cuenta que su enamorada es una pendeja, y quiera estar con una mina de verdad. No sé... quizás. Pero lo que sé, es que Nicolás se merece la verdad –y sin decir más se fue caminando por el pasillo.

Lali: se la merece? –grité para que me escuche, y detuvo su paso- después de todo lo que nos hizo a las dos, vos crees que se merece una verdad? –se dio vuelta y me miró.

Eugenia: no sé si se la merece... pero me digas lo que me digas, la va a tener –y sin detenerla, siguió su paso hasta que, por la escalera, no la pudimos ver más.

Continuará...

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