El timbre sonó, y salí al recreo sola. Esto pasaba solamente cuando estaba de mal humor, pero hoy había otro propósito: la pelea. Respiré el aire de la mañana del jueves y subí un piso. Caminé por el pasillo, arrastrando miradas y algunos comentarios desubicados. Cuando llegué al aula de Quinto Economía, pude notar a un rubio con rodete, sentado al fondo de la primera fila, escuchando música o radio desde sus auriculares. Me acerqué a él, al notar mi presencia se sacó los auriculares y señaló sus piernas. Me acerqué a él y me senté a upa suyo. Escondí mi cabeza en su cuello y me calmé con su perfume.
Nico: necesitas mimos, morocha? –me preguntó, tierno. Me separé de él y asentí con un puchero, casi por llorar- no mi amor, qué pasó? –me preguntó abrazándome- ey, gorda... –se separó- contame... qué te pasó? –y en ese momento pude divisar que Juan Pedro entraba al aula de Quinto Economía. Me miró, y siguió caminando hasta la última fila, donde se encontraba la rubia- ey, gorda... estas acá?
Xxx: no me jodas! –oí, departe de la rubia. Me dieron ganas de pararme y decirle que lo respete. Juan Pedro no se merecía el mal trato de nadie, bastante había tenido...
Nico: ey, morocha... estas acá? –preguntó, por quinta vez. Me digné a mirarlo con los ojos llenos de lágrimas- me vas a contar que pasó? –asentí y tomé su mano para guiarlo fuera del aula. Sentí la mirada de Peter, penetrando mis espaldas (y las de Nico) pero poco me importó, necesitaba estar con Nico. Lo guié hacia un lugar apartado de los barullos del recreo, y ahí le pedí que se sentara, así yo lo hacía arriba de él- a ver, contame –besó tiernamente mi cuello- que te anda pasando chiquita? –respiré hondo tragando lágrimas y comencé a explicarle.
Lali: me pelé con los chicos –me miró atento, para seguir mi relato- me molestó algo que hicieron y bueno, me enojé.
Nico: qué hicieron?
Lali: juzgaron al chico nuevo, sin conocerlo. Y me molestó mucho, porque hablaron de él por detrás, y sabes que eso me molesta –asintió, acariciándome el pelo suavemente.
Nico: Y qué pensas hacer?
Lali: pensar... estoy muy decepcionada. O sea, sé que ellos lo hacen siempre, pero esto fue como un clic que me dijo que no me quiero juntar con esa gente –sonó el timbre- gracias por gastar tu tiempo en mí, Ni.
Nico: gastaría lo que fuese, Lali –me dio un pico que se transformó en un beso muy tierno- te quiero mucho, hermosa –acaricié su mejilla y mordí mi labio inferior
Lali: no podes ser más tierno –lo abracé- yo también te quiero Nico –me levanté y lo ayudé a pararse. Me abrazó de costado y bajó un piso solamente para acompañarme a mí a mi aula. Lo despedí con un apretujón de labios y entré al aula. Sentí las miradas del grupo, pero me senté en el asiento que venía ocupando durante el día: al lado de Peter.
Peter: ese es tu amigovio? –preguntó, observándolo mientras se iba.
Lali: sí... –hubo un silencio- perdón si suena atrevida mi pregunta, pero... qué pasó con la rubia, arriba?
Peter: es que mi vieja me mandó un mensaje diciendo que le avise que hay que ir a comer a mi casa, y me respondió así. Me odia, y poco me importa.
Lali: como se llama? –pregunté, para mí seguía siendo ‘La rubia’.
Peter: Eugenia –respondió- él?
Lali: el qué? –lo miré confundida.
Peter: el chico ese... como se llama?
Lali: Nicolás... –nos entretuvimos hablando sobre otras cosas, poco interesantes. Hablamos sobre los chicos del curso, les expliqué como era cada uno sobre todas las cosas. “Agustín Sierra (señalé disimuladamente) celoso, impulsivo, muy mujeriego, poco serio”; “Rocío Igarzabal (de nuevo señalé) es pacífica, pero cuando se enoja o está de mal humor es insoportable”; “Candela Vetrano (señalé) también muy impulsiva, se enamora fácil y es entregada a su manera”; “Benjamín Amadeo (¿Cuál es? Preguntó Peter, y lo señalé) es medio buscón, le gusta joder a le gente pero odia que lo jodan, está enamorado de su novia”; “Noelia Gimenez (¿La morocha? Preguntó, y asentí) es muy cambiante, y no es segura de ella misma. Da muy buenos consejos y es la mejor para cuando necesitas consejos”. Seguimos hablando de los demás chicos del curso, riéndonos un poco. Tomándonos la vida con risa, con felicidad. El timbre sonó, salimos juntos del aula riéndonos sobre los comentarios raros de Peter, raros en el sentido que no los entendía, él era un chico muy raro.
Xxx: Lali, podemos hablar? –miré a Peter, miré a Benjamín y asentí. Caminamos hacia el costado y cuando estábamos lo suficientemente lejos y solos comenzó a hablar- hoy podes ir a lo de Cande? Vamos a ir todos, el grupo. Y nos debemos una charla –asentí, aunque no estaba segura.
Lali: A qué hora?
Benja: A las cinco más o menos... si? –asentí, y comencé a caminar en dirección al aula- pará! –se acercó a mi- me abrazas? –lo miré confundida- odio estar peleado con vos, gorda –asentí, y me acerqué a abrazarlo- está todo bien entonces? –asentí de nuevo, pero esta vez insegura- igual, tenemos que hablar –esa era la parte que quería evitar... no quiero hablar! No me gusta hablar! Por eso hago cosas que ni pienso... pero de todas formas tendría que enfrentarlo.
Continuará...
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